DE INGRATOS A AGRADECIDOS

Ingratitud como causa de conflictos.-

En los grupos la causa de los conflictos es muchas veces el percibir que no hay equilibrio entre lo que doy y lo que recibo. Esta falta de equidad es fuente de muchas tensiones, problemas, estrés y malas relaciones.

Esta percepción de ingratitud estropea los ambientes, las relaciones y la salud de los profesionales. Afecta negativamente a la confianza , rendimiento y al compromiso, llegando a la frustración y al resentimiento.

Te sientes reconocido? Menos de un 30% se siente apreciado en las organizaciones.

Por qué percibimos ingratitud? Porque nos acostumbramos a recibir y dejamos de apreciar lo bueno que ocurre con frecuencia, dejamos de agradecer a quien más nos da y los generosos y cumplidores podrían acabar desmotivados por falta de feedback y reconocimiento.

Lo habitual es que no agradezcamos nada a quienes más se relacionan con nosotros cada día  porque el foco atencional está a lo diferente o problemático. Nos quejamos por lo que se sale de la regla, cuando incumplen con nosotros y no damos reconocimiento por lo bueno  a quienes más apreciamos dentro y fuera del trabajo.

Es como si te acostumbras a una calidad y plazo excelente en las transacciones y relaciones. Una pérdida de nivel se percibe como un problema si no se satisface pero nunca se agradece cuando se satisface. Nos acostumbramos rápido a lo bueno y se convierte en la norma de la normalidad. En este punto dejamos de agradecer lo bueno e incluso lo excelente.

Gratitud como generador de entornos positivos y conciencia.-

La gratitud obliga a poner la atención en lo bueno de manera que el observador de una realidad a agradecer entra en un bucle de positividad que se retroalimenta y se contagia al resto.

Cuando agradecemos algo comunicamos que ese detalle es importante, guiamos a los demás en lo que es importante. Así los buenos gestos y acciones se destacan, percibimos la importancia que otros dan a nuestras conductas y tendemos a repetirlos porque sabemos que son muy apreciados e importantes para los demás.

Si quien hace algo valioso por alguien recibe la gratitud tiende a sentirse bien y a repetirlo y quien da las gracias se siente mejor al reconocerlo públicamente, es decir, todos mejoran cuando el foco está en lo positivo respecto a poner la atención solo a lo negativo.

La gratitud funciona muy bien en pasado, por alguien que algo hizo, en presente por algo que se está haciendo e incluso la gratitud por adelantado o por algo que ocurrirá en el futuro.

Se necesitan espacios de gratitud en las organizaciones, familia y sociedad. Un lugar y momento para dar las gracias sinceras, sentidas y de corazón. En una reunión de gratitud, en una reunión sobre estrategia, en una mejora de procesos, en una asamblea o un descargo de proyecto.

No percibimos lo bueno de nuestra vida personal y profesional porque no la agradecemos lo suficiente. Si no agradecemos algo no somos conscientes de lo bueno que ya es. No hacemos valer el valor de lo bueno. Y se llena de quejas, críticas, sinsabores y frustraciones. Lo malo no es mas sino menos, pero coge más tiempo y espacio por lo bueno no agradecido. Así se entra en una espiral de negatividad, frustración y resentimiento exagerada.

Cuando este foco atencional del grupo o la organización a lo positivo se convierte en un hábito sincero, se toma conciencia de lo bueno propio y ajeno, se equilibra la percepción del dar y del recibir se mejora la confianza, las relaciones , el compromiso y la salud.

¿Y tu que vas a agradecer?

Tomas Elorriaga

tomas@banpro.es

http://www.banpro.es

Gratitud.png

 

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